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¿Cuál es el lugar más remoto del mundo?

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¿Cuál es el lugar más remoto del mundo?
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23 Febrero, 2021


Es un lugar que no conocemos, pero al que soñamos con huir varias veces a lo largo del año. Por ejemplo, cuando el exceso de trabajo nos agobia. O, tal vez, en uno de esos días en los que la fatiga por la pandemia de la COVID-19 nos afecta más de lo habitual. “¿Cuál será el lugar más remoto del mundo para perderme en él cuando pueda?”, pensamos cuando el estrés nos atenaza.

La cuestión es que, en un planeta redondo y de tres dimensiones, resulta complicado designar un solo lugar como el más lejano del mundo. ¿Consideramos como el más remoto el más alejado de la superficie terrestre?, ¿o el que está más lejos de nuestro país?, ¿ese lugar está habitado?

Tal vez la mejor idea para encontrar nuestro lugar remoto sea echar un vistazo a algunas de esas localizaciones de récord que hay por todo el mundo. Y, a partir de ahí, elegir nuestra favorita para la próxima vez que necesitemos echar mano de él en nuestra imaginación.

Una isla en medio de la nada

La isla habitada más remota del mundo es británica. Es la única con humanos del archipiélago Tristán de Acuña —Tristão da Cunha en portugués—, del que recibe el nombre. Está tan alejada de todo que ni siquiera la pandemia de COVID-19 ha llegado a sus orillas. De hecho, allí no es necesario guardar medidas de distancia social debido al extremo aislamiento en el que viven sus habitantes, entre otras razones porque se ha prohibido el desembarco de cualquier crucero o buque de carga debido precisamente a la emergencia sanitaria.

En Tristán de Acuña viven 244 ciudadanos británicos, según los últimos datos que recoge su página web. Está situada en el Atlántico Sur. Para llegar a ella —cuando las circunstancias son normales— solo hay disponibles unos pocos viajes regulares marítimos a lo largo de todo el año y algún crucero, aunque también es posible hacerlo si se dispone de un yate privado. Si logramos que el Consejo de la isla apruebe nuestra visita, tal vez un barco científico de camino al Polo Sur que salga de Cape Town (Sudáfrica) podría llevarnos a sus orillas y pasar a recogernos, con suerte, un mes más tarde. Esto se debe, en parte, a que en Tristán de Acuña no hay aeropuerto, pese a lo remoto de su ubicación.

La única ciudad que hay en el archipiélago recibe el elocuente nombre de Edimburgo de los Siete Mares. Actualmente, en la isla apenas hay nueve apellidos diferentes y siete de ellos proceden directamente de los padres fundadores del asentamiento. Comenzaron a llegar en 1816, cuando la Corona inglesa envió un destacamento para evitar que los franceses trataran de rescatar a Napoleón de la “vecina” Santa Elena, situada a más de 2.000 km.

La vida allí es similar a la de cualquier pequeña población pesquera del Reino Unido, con escuelas, iglesias, un pequeño hospital y cafés. La principal diferencia tal vez sea que, para tomarse algo en el pub de Edimburgo de los Siete Mares, resulta necesario viajar por mar durante una semana.

¿La montaña más alta?

Cuando pensamos en el lugar más alejado del suelo, siempre nos acordamos del monte Everest, entre Nepal y el Tíbet, en la cordillera del Himalaya. Efectivamente, su cumbre es la más alejada sobre el nivel del mar, respecto al cual alcanza una altitud de 8.850 metros. Sin embargo, no es la montaña más alta del mundo.

¿Cómo puede ser esto posible? En realidad, se trata de tomar como referencia el punto desde el cual parte el monte. Para medir el Everest se tiene en cuenta su base sobre el suelo, sin embargo, hay otras montañas que surgen bajo el mar. Ese es el caso del Mauna Kea, un volcán de la principal isla de Hawái que se considera la montaña más alta desde su base y hasta su pico. Aunque solo levanta 4.205 metros sobre el nivel del mar, su altura total supera los 10.000 metros.

Y si buscamos cuál es el lugar más alejado del centro de la tierra, tampoco deberemos buscarlo en el Himalaya: el monte Chimborazo del Ecuador es el que ostenta ese honor. Esto se debe a que el planeta no es una esfera perfecta, sino que es más ancha en su ecuador, por eso la cumbre de esta montaña se sitúa unos dos kilómetros más alejada del centro de la tierra que el propio Everest. Esto convierte al Chimborazo en el lugar del mundo más cercano a las estrellas, según asegura el National Ocean Service de los Estados Unidos.

Las Antípodas están un poco más allá

Imaginemos que buscamos alejarnos tanto de nuestra casa como sea posible durante las próximas vacaciones en que podamos viajar. En este caso, es necesario buscar el lugar más alejado de España. Es decir, nuestras antípodas. Normalmente las tendemos a situar en Australia, pero en realidad están un poco más allá. Concretamente, se localizan en Nueva Zelanda y su mar circundante.

Así, si trazáramos una línea recta imaginaria que atravesara el centro de la tierra, llegaríamos al archipiélago de Nueva Zelanda. El lugar exacto dependería del punto de España que tomáramos como referencia. Por ejemplo, las antípodas de A Coruña están en la ciudad de Methven, en la isla Sur, mientras que las de Madrid se encuentran al sur de la isla Norte. Las de Tarifa (Cádiz) están al norte de Auckland, mientras que las de Barcelona, Alicante o Baleares se sitúan en pleno océano.

El punto más inaccesible

Encontrar el lugar más inaccesible del planeta no es sencillo, aunque tal vez ese honor pueda recaer en Punto Nemo. Se trata de una localización en el medio del océano Pacífico tan remota, que los seres humanos más cercanos a ella son los astronautas de la Estación Espacial Internacional cuando pasan por encima. Esto se debe a que Punto Nemo está a 2.600 kilómetros de las tierras más próximas, mientras que la ISS orbita a una distancia de unos 400 kilómetros.

Se le conoce como polo oceánico de inaccesibilidad y su ubicación, entre Nueva Zelanda y Chile, fue calculada por un ingeniero topógrafo en 1992. Sirve como cementerio espacial para evitar que los restos de las naves y satélites puedan llegar a caer sobre lugares habitados. De hecho, los restos de la antigua MIR descansan bajo las aguas de este remoto punto del Pacífico.

Tal vez la próxima vez que pensemos en algún lugar perdido para alejarnos del mundanal ruido, no sea necesario recurrir a una de estas localizaciones remotas. Bastará con encontrar un rincón tranquilo y silencioso más cerca de casa en el que podamos descansar tranquilamente con un buen libro en las manos.

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